lunes, 18 de febrero de 2013

Pelea en el Retiro: Tomate artificial vs Semilla ecológica


A escasos metros del lago del Parque del Retiro, miembros de los grupos Decrece Madrid, Ecologistas en acción y del grupo de teatro Cactus improvisaron un espectáculo un tanto peculiar. Tres tomates artificiales se encararon a una semilla ecológica indefensa bajo la mirada de una decena de familias venidas a pasear un sábado a mediodía. En apenas 5 breves rounds  y contra toda expectativa, la semilla natural dejó K.O a tres vanidosos tomates y consiguió un unánime apoyo de los espectadores. ¿Cómo? A través de unos argumentos demoledores lanzados al ring en 5 tiempos con temas y desafíos diferentes: a ritmo de rap sobre la salud y el sabor, con poesía para defender las ventajas económicas del uno y del otro, al estilo "meeting político" para convencer, con un presumido desfile sobre el aspecto y finalmente con una pelea en toda regla, a cámara lenta. Todo un show.




Decrece Madrid cometa en su blog:
"Los tomates se recogen verdes de la mata, están de viaje varios días, se les hace madurar en cámaras con hormonas vegetales y… ¡bualá! ¡Un tomate insípido y con más kilómetros a tus espaldas que tú en un año! ¿No te da rabia que un tomate haya tenido más vacaciones que tú?"

El objetivo de los activistas disfrazados que protagonizaron el acto es promover un consumo responsable, esta vez ilustrado con el consumo de hortalizas. Distribuyeron a los viandantes unos folletos informando sobre las temporadas de algunas frutas y verduras. "Contigo todo el año" cantaban los tomates artificiales, con razón. La idea es consumir local y natural, plantar en casa sus verduras y adherir a grupos de consumo que están a nuestro alcance. En definitiva una forma sana, rica, económica y justa de alimentarse, sin participar en los abusos de los distribuidores a los agricultores a la vez que evitamos los productos artificiales en nuestra comida. Es lógico que la semilla haya triunfado el sábado al medir el árbitro los fuertes aplausos del público.

Pese al entusiasmo de los presentes, la mayoría reconoció no haber comprado nunca tomates ecológicos. Es hora de cambiar los hábitos y ¡Qué gane el mejor!


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