Francia se encuentra en pleno debate sobre transparencia
desde que estallara el “caso Cahuzac”, el recién dimitido ministro de las
finanzas, cuyas cuentas en paraísos fiscales ha descubierto Mediapart. Desde
entonces, Cahuzac ha sido reprendido por los medios, los ciudadanos y sus
compañeros de gobierno. El acusado reconoció (solo una pequeña parte) del
delito en su blog pidiendo al mismo tiempo disculpas públicamente mientras la
oposición pide la dimisión del gobierno de Hollande por fraude y reiteran cada
día su convencimiento de que los miembros del gobierno conocían este hecho,
para ellos, una prueba más de la
inmoralidad de la izquierda. El equipo de Hollande lo niega y el proprio
presidente de la República ha declarado estar “dolido” por la traición de uno
de los suyos.
Justamente quería hablar de la actitud del gobierno de Hollande.
En épocas como esta, no vislumbro ningún programa o líder político capaz de
tomar decisiones contundentes que velen por el bien general, ni siquiera uno
capaz de dar un giro a la situación de asfixio europeo. En ningún país de la
Unión Europea, de hecho. Parece que tanto en Francia como en España contamos
con cúpulas de poder corruptas, fraudulentas, mentirosas, laxas y mediocres. A la hora de llenarse los bolsillos (a estas
alturas, cuentas y sobres también) de dinero público, probablemente no haya diferencias
entre el gobierno francés y el español, pero
sí cambian las reacciones ante el electorado cuando se descubren casos de
corrupción masiva.
No sé si alguien más conocía las cuentas ocultas de Cahuzac
en el gobierno ni si alguien más esconde dinero público no declarado. Esperemos
que se esté investigando y que la justicia haga su trabajo. Rajoy y Hollande no
han reaccionado de la misma manera ante los recientes escándalos:
- Dar la cara:
- Echar a los miembros corruptos:
En lugar de defender a quien está implicado, Hollande
condena los hechos e insiste en que Cahuzac no puede ser readmitido en el
Parlamento. En varios casos de corrupción del PP, los miembros del partido
salen en defensa de los implicados.
- Medidas adoptadas:
Este punto sea quizás el más importante. Mientras que aquí
no se producen dimisiones, ni cambios de política sustanciales, Hollande
anuncia tras el Consejo de Ministros un plan en tres partes: transparencia
irreprochable, lucha contra la corrupción y movilización contra los paraísos
fiscales.
Un plan que implicaría la publicación de patrimonios, una
autoridad de control independiente que controle las declaraciones de
intereses de los ministros, un parqué
financiero y una oficina central de lucha contra la corrupción, y el control de
los conflictos de intereses con sanciones en caso de incumplimiento. Transparencia Internacional Francia ha saludado las medidas anunciadas afirmando que recogen en buena parte las exigencia que la organización pedía desde hace tiempo. Mientras, en España no atienden las peticiones de la sociedad civil.
Frente a la delincuencia financiera, Hollande responde con un proyecto de ley que prevé la
publicación de las declaraciones de patrimonio y obligaciones para los bancos y
que además a nivel europeo quiere compartir información sobre los patrimonios
de los franceses al extranjero. Dijo querer convertir Francia en un ejemplo de
lucha contra los paraísos fiscales. Queda por ver si se cumplen esas promesas
en la aprobación del proyecto de ley, pero el proyecto ya tiene mucho que
envidiar al proyecto de ley de transparencia que se aprueba en el Congreso
español. Recordemos que hace unos días y pese a que la corrupción se extienda a
las instituciones más importantes del país, nuestra futura ley de transparencia
no incluía ni a los partidos políticos ni a la Casa Real.
No hablo de bandos e ideologías de los partidos, hablo de ética política y transparencia: los dos gobiernos, frente a situaciones
parecidas, no han reaccionado de la misma forma.
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